sábado, 29 de octubre de 2011

Reflexión sobre el cuento "El temido enemigo", de Jorge Bucay

Hay momentos de la vida en que somos el rey y momentos en que somos el mago; dependerá en cierto modo de la programación del destino que tengamos cada quien.  Somos lo que pensamos y los que deseamos.

En el caso del cuento, el mago vio por sí mismo, no era nada tonto; no se puede decir que uno era el malo y el otro el bueno: se creería que el rey era el malo, pero a fin de cuentas tenía bondad en su corazón, si no el mago no hubiera logrado ese cambio en él, al grado de que el rey murió para no hacer quedar mal a su amigo tan querido.

Creo que el mensaje subyacente del cuento es le importancia de la educación y el respeto al maestro.  Es importante reconocer el cómo podemos tener una buena vida cuando sabes enseñar, cuando tienes un pensamiento crítico.  Es, sin lugar a dudas, el conocimiento lo que más poder en la vida te da, aunque hay que tratar el conocimiento con humildad.

Así vemos que de nada sirven las estafetas si no se tiene conocimiento, porque una estafeta sin conocimiento equivale a líderes de opinión.

En cuanto al rey, él tenía un pensamiento mágico, un miedo a lo desconocido, y bien se podría decir que esa inocencia permitió el cambio en él.  Se dio que le impusieron el liderazgo, y que él lo aprovecho de mala manera, más su experiencia con el mago cambió toda su actitud mental.

Los cortesanos representaban el contagio social, la mediocridad.  Le otorgaban importancia al poderío y a la estafeta.  Hay que tener cuidado porque en nuestra vida estamos rodeados de cortesanos que le dan valor al exterior, a las posesiones y a la vanidad.  Aunque es notorio cómo los mismos cortesanos apuntaron a la superioridad del mago sobre el rey, señalando el liderazgo positivo del mago contra el liderazgo negativo del rey. Como las comparaciones se traducen en frustración, y eso en odio, este fue el momento pivotal de la historia.

Prejuicios

Prejuicio es toda valoración previa que hacemos de un acto, objeto o persona sin conocerlo previamente, solamente fundada en paradigmas que se tengan sobre ese algo y en los estereotipos culturales.  Hay prejuicios de índole económico-sociales, raciales, religiosos, culturales, intelectuales (que tienen que ver con nuestra conformación cognitiva y/o profesional), o simplemente de gustos; dependerá de las ideologías y las filias o fobias al respecto de determinadas ideas Todo esto conlleva a implicaciones políticas, socioculturales y religiosas.  Los prejuicios sociales o culturales que nos haces aceptar o rechazar pre facto un suceso o una tipología (estereotipos); prejuicios personales, cuando lo que valoramos previamente es un rasgo personal del carácter de un sujeto, por ejemplo la forma de hablar, sus hábitos,  etc. El maltrato a alguien por tener una religión, raza, nivel socio-económico o cultura distinta es la más baja de las situaciones de prejuicio.

Un prejuicio es sobre todo una falla en el desarrollo psicológico-emocional del individuo, generalmente vinculada a una educación cultural insuficiente (de donde surgen los extremistas, los radicales y los que atentan contra la dignidad de la mujer o de la vida en general).  Por estas mismas razones, es muy fácil caer en un prejuicio, aunque fuere de los más elementales, como el hecho de juzgar un libro por su portada o una película por sus actores.  Aunque un prejuicio no necesariamente es negativo, pues podemos asumir juicios favorables en torno a tal o cual persona u objeto antes de tener ningún elemento de valoración real: por ejemplo la preferencia por objetos o personas extranjeras. Este tipo de juicios provienen de la capacidad innata del ser humano de establecer categorías y clasificar los objetos, de tal manera que puede generalizar a partir de ciertos elementos para poder considerar grupos específicos frente a los que se generará una cierta predisposición positiva o negativa. El prejuicio ante nuevas ideas es lo que tiene al mundo detenido: aunque avancemos tecnológicamente, mientras sigamos con las vendas sobre los ojos, no avanzaremos como humanidad.  La mayoría de los problemas de prejuicio se pueden corregir con una mejor educación desde temprana edad, así como el desarrollo integral del pensamiento crítico.